Kjersti Annesdatter Skomsvold
Foto: Agnete Brun

Pensamientos y sentimientos sinceros

Kjersti Annesdatter Skomsvold

Destacada novelista y poeta noruega, Kjersti Annesdatter Skomsvold (Oslo, 1979) debutó en 2010 con la novela Cuanto más de prisa voy, más pequeña soy –traducida al español–, por la que recibió el prestigioso premio Tarjej Vesaas de Debutantes. Posteriormente ha publicado una antología de poesía y varias novelas, traducidas a más de veinte lenguas.

¿Por qué y cómo te convertiste en escritora?
Cuando tenía veinticinco años tuve que interrumpir mis estudios de ingeniería debido a una enfermedad y volver a vivir con mis padres. No tenía ni idea de lo que era escribir una novela, pero sabía que en ese estado, postrada en la cama, era lo único que podía hacer, lo único que me posibilitaría llegar a una situación distinta a la que me encontraba. Me esforcé por alejar mis pensamientos de enfermedades y miedo al futuro. Concentré todos mis pensamientos en frases. Tras dos años estaba lo bastante recuperada como para apuntarme a un curso de escritura, y dos años después salió mi primera novela, Cuanto más de prisa voy, más pequeña soy.

Está muy de moda la llamada «autoficción». ¿Prefieres escribir sobre «ti misma» o profundizas en destinos humanos desconocidos para ti?
Quiero escribir sobre lo humano, sobre lo que me es cercano, sobre lo que significa ser persona. El material consta de mis propias experiencias, mi propia vida. La primera novela trata de una mujer mayor, Mathea, que tiene miedo a morir. Me preguntan a menudo cómo puedo escribir sobre alguien tan diferente a mí, pero lo cierto es que me sentía muy vieja cuando la escribí. En la segunda novela, Monstermennesket («El ser monstruo»), uso mi propio nombre. Tuve que averiguar lo que eso significaba. Pero no tengo más en común con Kjersti que con Mathea, tengo tanto en común con la una como con la otra. Si se ahonda en la lectura, la narradora de todos mis libros se parece en cierto modo a mí, y se aprovecha de mis experiencias, pero eso no significa que Martha, Kjersti, Lilith, K o la anónima narradora de mi última novela sean yo.

 

«Quiero escribir sobre lo humano, sobre lo que me es cercano, sobre lo que significa ser persona. El material consta de mis propias experiencias, mi propia vida»

 

¿Podrías decir algo sobre tu estilo literario?
El estilo no es algo en lo que pienso mientras estoy escribiendo. Hay quienes describen mi estilo como frágil y he tenido que reflexionar sobre lo que eso significa. Yo quiero que en mi escritura aparezca lo vulnerable y por eso tengo que encontrar un lenguaje literario que legitime esa voz. Lo más importante para mí es escribir verazmente. Escribir verazmente no significa tener que reproducir correctamente algo sucedido «en la realidad», pero implica tener que ser sincera y atenta cuando se trata de pensamientos y sentimientos, porque si no soy sincera, surge una distancia en el texto, una distancia entre el escritor y la escritura, y entonces el texto se vuelve rebuscado e intencionado. Otros caracterizan mi estilo como oscuro y humorístico, y creo que eso es consecuencia de esa sinceridad.

¿Crees que las mujeres en general escriben de un modo distinto a los hombres? En caso afirmativo, ¿cómo se manifiesta esto?
No sé si el lenguaje es necesariamente distinto, pero los hombres y las mujeres tienen distintas experiencias en la vida que pueden llegar a expresarse en la escritura, y con ello los motivos tal vez se vuelvan diferentes.

Obtuviste excelentes críticas por tu antología poética Litt trist matematikk («Matemáticas un poco tristes»), publicada en 2013. ¿Con qué te sientes más identificada, con la poesía o con la novela?
Como he escrito más novelas que poesía, tendré que responder que con la novela. Pero para mí es importante que el lenguaje de la novela contenga poesía.

En 2015 publicaste el libro infantil Meg, meg, meg («Yo, yo, yo»). ¿Es muy diferente escribir para niños?
Intento no pensar en el lector cuando escribo, escriba sobre un adulto o sobre un niño. En este libro infantil la narradora es una niña de once años, y su voz lo muestra.

 

«Lo más importante para mí es escribir verazmente. Eso no significa tener que reproducir correctamente algo sucedido “en la realidad”, pero implica tener que ser sincera y atenta cuando se trata de pensamientos y sentimientos»

 

¿De qué trata tu última novela, Barnet? (El género es neutro en noruego, no se puede saber si se trata de una niña o un niño).
De una madre que cuenta a su hija los sucesos que dieron lugar a que naciera esa niña. Es una historia sobre enfermedad y sufrimiento, pero ante todo es una historia de amor. Trata del miedo a amar a alguien, y no obstante de atreverse a hacerlo.

¿Tienes algún ideal literario, noruego o extranjero?
Leer algo genial me abre las posibilidades de escribir yo misma algo bueno, y el autor que más me ha inspirado en ese sentido es Samuel Becket.

¿Tienes alguna relación con la literatura de habla española?
Tengo una relación con tal vez la mejor novela del mundo, El Quijote, pero admito que es un tema en el que necesito ponerme al día.

 


Kirsti Baggethun es Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Oslo. Maitre por la Sorbona. Profesora de Lengua y literatura noruegas en la Universidad Complutense de Madrid (jubilada, actualmente colaboradora honorífica). Agregada cultural de la Embajada de Noruega en Madrid durante treinta años, ahora jubilada. Traductora literaria de más de setenta libros, la mayoría del noruego al español en colaboración con Asunción Lorenzo.


Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Noruega?


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