Ciudad del futuro
Nordhavn / Foto: Rasmus Hjortshøj – VisitCopenhagen

La ciudad del futuro se construye en Dinamarca

Copenhague ha reconvertido la antigua zona industrial de Nordhavn, en el puerto, en un moderno barrio de edificios sostenibles, donde el uso residencial se alterna con las oficinas, dentro de un diseño urbanístico que prioriza el uso peatonal y ciclista y aspira a ser neutra en carbono. Es uno de los ejemplos más brillantes del urbanismo danés contemporáneo, que defiende un modelo de ciudad pensada para las personas, con una arquitectura basada en la sostenibilidad y el diseño inteligente, para lo que ha desarrollado las tecnologías más punteras.

En los años 70 del pasado siglo, la crisis del petróleo encumbró entre los daneses el uso de la bicicleta, un medio de transporte por el que ya existía afición en el país nórdico. Desde entonces, el volumen de ciclistas no ha parado de crecer y ahora el 25% de los desplazamientos personales de menos de cinco kilómetros en Dinamarca se llevan a cabo sobre dos ruedas. Esta nueva forma de movilidad hizo que tanto poderes públicos, como urbanistas y arquitectos comenzaran a plantearse un modelo de ciudad adaptado a la escala humana, fácil de recorrer a pedales.

Ciudad del futuro

Las Torres de Portland fue el primer edificio que se terminó en el nuevo barrio Århusgadekvarteret en Nordhavn / Foto: Daniel Rasmussen – VisitCopenhagen

Por entonces, un arquitecto y urbanista danés, Jan Gehl, comenzaba a estudiar los patrones de conducta de los habitantes de las ciudades y su manera de relacionarse con el entorno. El joven Gehl conseguía extender su visión y en Copenhague se daban los primeros pasos hacia un urbanismo humanizado, que toma a la persona como unidad de medida, el patrón seguido después en el desarrollo de las ciudades danesas. A lo largo de los años, este urbanista ha participado en proyectos en Londres, Nueva York (a él se debe que ya no pase tráfico por Times Square) y numerosas ciudades de Australia, exportando su modelo de urbe humana. Pero, sin duda, Gehl se encontró en sus inicios en el país idóneo para hacer viable su visión urbanística, una visión que recupera el espacio público para la gente, y promueve la peatonalización y el uso de la bicicleta.

«El arquitecto y urbanista danés Jan Gehl estudió los patrones de conducta de los habitantes de las ciudades y su manera de relacionarse con el entorno. Así, en Copenhague se daban los primeros pasos hacia un urbanismo humanizado, que toma a la persona como unidad de medida, el patrón seguido después en el desarrollo de las ciudades danesas»

Dinamarca cuenta también con la bicicleta para recorridos largos, a través del transporte intermodal, creando, por ejemplo, grandes aparcamientos de bicis en estaciones de tren y otros nodos de comunicación, para combinar ambos medios en un desplazamiento. Esta apuesta por el transporte sostenible frente al coche privado acerca a las ciudades danesas a su objetivo de disminuir las emisiones y luchar contra el cambio climático. La adaptación a las consecuencias del calentamiento global ha llevado a más cambios en el modelo urbanístico danés, como el favorecer la presencia del agua, construyendo canales o creando más zonas verdes dentro de las ciudades.

 

Nordhavn, paradigma de los logros del urbanismo danés
En Copenhague, la antigua zona portuaria de Nordhavn está rehabilitándose siguiendo estos criterios, y se ha convertido en uno de los barrios más deseados de la capital. Su ubicación se ha aprovechado para construir múltiples canales, que ofrecen a residentes y visitantes la posibilidad de practicar kayak o canoa. Cuenta con una movilidad básicamente peatonal o en bicicleta, con una autopista ciclista que conecta el vecindario con el centro de la ciudad. Algo lógico si pensamos en que nueve de cada diez daneses son propietarios de una bicicleta. Y es que el amor por las dos ruedas tiene tanto de costumbre como de convicción: la población asimila las bicicletas a beneficios para la salud, menos costes en infraestructuras, menos accidentes y, por supuesto, menos contaminación.

Por otra parte, este mes de mayo se inauguró la estación de metro de Nordhavn, el último hito en esta zona urbana que se encuentra en pleno proceso de creación. Ya hay más de 2.500 personas viviendo en Nordhavn, y se espera que lleguen a los 40.000 residentes para el año 2050, además de otras 40.000 personas que acudirán a trabajar en los complejos de oficinas.

«La antigua zona portuaria de Nordhavn, en Copenhague, es el proyecto más depurado de la apuesta danesa por ciudades a escala humana, en las que sus vecinos disfruten de calidad de vida y cuyo urbanismo y funcionamiento ayude a frenar el cambio climático»

El metro no es novedad solo en Nordhavn: Copenhague dispone de diecisiete estaciones que conectan los barrios de la ciudad con los vecindarios situados a las afueras. Una red de comunicación que sustituirá la contaminación automovilística. En este mismo sentido, se planea instalar múltiples puntos para la recarga eléctrica, pensando en la transición al vehículo eléctrico.

Nordhavn es el proyecto más depurado de la apuesta danesa por ciudades a escala humana, incluso en el caso de las metrópolis, donde sus vecinos disfruten de calidad de vida y cuyo urbanismo y funcionamiento ayude a frenar el cambio climático.

Ciudad del futuro

The Silo / Foto: Rasmus Hjortshøj – VisitCopenhagen

Un recorrido por sus calles permite conocer cómo las nuevas construcciones se combinan con edificaciones históricas, que han visto rejuvenecer su utilidad al reconvertirlas en viviendas. Es el caso del emblemático Silo, ahora rediseñado para ser un exclusivo bloque de apartamentos. Se trata de uno de los ejemplos más avanzados de la arquitectura danesa contemporánea, que puede conocerse mejor en el DAC, Danish Architecture Center, ubicado en el barrio y del que parten visitas guiadas. El Silo es parada obligada, como también lo es Konditaget Lüders, un parque para el deporte, construido sobre un aparcamiento de varias plantas, o las Portland Towers, dedicadas a oficinas.

Danish Architecture Center

Danish Architecture Center / Foto: DAC

Su entramado urbano es un conjunto de viviendas, cafeterías y restaurantes, oficinas, zonas verdes, plazas, comercios y pequeñas tiendas, donde todo se encuentra «a cinco minutos». El tipo de ciudad que le gusta a Jan Gehl, un defensor de la organización urbana en barrios, donde la gente tiene espacios donde encontrarse con los demás y relacionarse. La visión humanística de la ciudades de este urbanista puede conocerse más en sus libros, dos de los cuales se encuentran editados en español: Nuevos espacios urbanos (Gustavo Gili, 2002) y La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios (Reverté, 2006).

 

Edificios inteligentes y energías sostenibles
Paneles solares en los tejados y otros avances tecnológicos hacen que la energía «verde» sea la que sostenga Nordhavn, que aspira a ser totalmente neutro en carbono. En este vecindario se han usado los últimos avances en energía sostenible, un campo en el que Dinamarca cuenta con tecnología líder.

Ciudad del futuro

Nordhavn / Foto: Rasmus Hjortshøj – VisitCopenhagen

El país nórdico ha planeado un futuro de casas inteligentes, que crean su propia energía, y la aprovechan de la manera más eficiente. Además, se piensa en viviendas capaces de regular sus necesidades de luz o de calor y que se encuentran en red con el resto de edificios para tomar o ceder energía según las necesidades en cada momento.

«Movilidad sostenible y energía inteligente son puntos clave para las smart cities del futuro, un campo en el que Dinamarca lleva la delantera. En ambos temas se exige una transformación tan grande que el Estado no podría sacarla adelante sin la colaboración de todos los sectores económicos»

En Nordhvn ya cuentan con radiadores que permiten almacenar la electricidad del sol o el viento de los momentos de sobreproducción de la red para usarla después; a mayor nivel, existen grandes baterías distribuidas por el barrio como almacén para la sobregeneración de energía. Por otra parte, las viviendas cuentan con sistemas domóticos inteligentes para que el residente pueda manejar el consumo en cada momento; y casas y oficinas están conectadas para que puedan intercambiar frío o calor según precisen. En esta zona emergente de la capital, la tecnología danesa está desarrollando un sistema integral de energía producción-consumo, que garantice la estabilidad en todo momento. Se resolvería así el principal desafío que plantean las energías renovables, ya que el viento no es constante ni siempre hace sol.

Movilidad sostenible y energía inteligente son puntos clave para las smart cities del futuro, un campo en el que Dinamarca lleva la delantera. En ambos temas se exige una transformación tan grande que el Estado no podría sacarla adelante sin la colaboración de todos los sectores económicos. Algo que ya se conseguido, pues en este tema la iniciativa pública y privada danesas caminan de la mano.

 


María José Montesinos es periodista ambiental y se ha ocupado durante más de quince años de la información sobre medio ambiente en Heraldo de Aragón, donde dirigió el suplemento Frontera Azul (Premio WWF a la mejor sección de prensa escrita). Ha trabajado también en comunicación en la organización ambiental Ecodes y colaborado con SEO BirdLife. Actualmente dirige el espacio Por Naturaleza en Radio Nacional de España en Aragón y forma parte de la Junta Directiva de APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental).


Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Dinamarca?